Todo está tranquilo arriba

IMG-20200227-WA0001Gerbrand Bakker (Wieringerwaard, Países Bajos, 1962). Este filólogo, escritor, traductor y jardinero con apenas cuatro libros en su producción, ha logrado el reconocimiento tanto a través de la crítica y de la cantidad de premios recibidos, como del público ya que su obra ha sido traducida a más de 20 idiomas.

Argumento: Nos habla de un momento en la vida de Helmer, un granjero que con 55 años comienza a tomar las riendas de su vida.

Antes de la reunión: este año se celebran los 10 años del club de lectura y con tal motivo vamos a contar con distintos profesionales que nos hablarán de los diferentes oficios que hay alrededor del libro.

Esta vez hemos contado con el lujo de tener a Xavier Olarra, traductor premiado más de una vez con el premio Euskadi a la traducción. Nos habló de este oficio silencioso y al mismo tiempo silenciado, nos preguntó por diferentes traductores de las distintas obras que hemos leído y confesamos que no lo sabíamos.

También nos habló, entre otras muchas cosas, de la dificultad para conseguir el equilibrio entre una buena comprensión y la fidelidad al original.

Reunión: En principio nos llamó la atención el ritmo lento de la novela, pero somos conscientes que es necesario para comprender la vida de Helmer.

Se trata de un libro que nos obliga a pensar, a sacar nuestras propias conclusiones, en el que una de los grandes protagonistas es la soledad, no solo de Helmer, prácticamente todos los personajes reflejan algún tipo de carencia en este sentido.

Es un libro que nos recuerda a una pintura. Al principio de la novela soló vemos los brochazos, es cuando avanzamos en su lectura cuando vemos el cuadro en su conjunto y adivinamos el “paisaje holandés” que nos muestra.

Otro de los grandes protagonistas es la naturaleza, la variedad de fauna a la que alude el autor nos abre las puertas a un mundo que a muchos de nosotros nos es desconocido. No hay muchas obras tan potentes que estén contadas en primera persona y sucedan en el mundo rural, quizás encontramos cierto símil con “La lluvia amarilla” de Julio Llamazares.

La simbología en esta obra es maravillosa, desde las sillas hasta los burros, única seña de identidad que se ha permitido nuestro protagonista, la simbología continúa incluso cuando otro de los personajes se refiere a Helmer como hombre-burro y no como algo peyorativo.

Pero sobre todo esta novela nos habla de una crisis vital, y nos muestra que siempre hay tiempo para poder salir, buscar, evolucionar. La novela tiene pocos, pero contundentes personajes secundarios, es así como podemos ver a Helmer tal cual es, como un personaje secundario dentro de su vida.

Vemos cómo en este periodo de tiempo (la novela comienza en invierno y termina a finales de primavera) Helmer va consiguiendo pequeñas victorias. Todo empieza subiendo a su padre (el pasado) al piso de arriba y poco a poco va desprendiéndose de los lastres que le anclan.

La historia se cuenta con continuos flashbacks en los que vamos conociendo su relación con su hermano gemelo, su vida cuarenta años antes y todo lo que quedó atrás.

La novela está llena de “falsos amigos”, vemos unos hechos, juzgamos y más adelante comprendemos que no todo es tan fácil, que siempre hay matices que nos obligan a cambiar de opinión y comernos nuestros prejuicios.

Y se habló de mucho más: de la corneja, los bordados y la habitación pequeña, de la homosexualidad latente, de contarnos sin tapujos como se baña a una persona mayor, porque la realidad es así y no hay motivos para esconderla.

Acerca de Club de lectura UPNA

El club de lectura de la Universidad Pública de Navarra empezó su andadura en septiembre de 2010 y cada semestre nos ponemos nuevos retos, leemos y comentamos pero sobre todo nos reunimos para disfrutar de la lectura.
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